Os contaré lo que me sucedió el verano pasado cuando estaba entretenida con un encargo que me habían hecho. Hacía mucho que no me encargaban nada y hacer una exposición era casi impensable. Así que cuando me pidieron hacer una copia del Nacimiento de la Primavera de Botticelli vi el cielo abierto. Me encerré en mi casa-estudio y me puse manos a la obra.
Cuando me asomaba a la ventana me llamaba mucho la atención la manera en que colgaban la ropa en la ventana de la casa de enfrente. Eran como obras de arte. Los pantalones colgados en forma de abanico parecían mariposas, las blusas con las mangas colgantes simulaban libélulas en vuelo y la ropa interior intercalada entre las sábanas te hacía pensar en flores. Y siempre los colores formaban gamas cromáticas sugerentes.