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Fuimos entonces al cine, a la última sesión. Otra cosa que nos ocurre es que a mí me gusta sentarme en las primeras filas para casi introducirme dentro de la película, y a Juan, sin embargo, le gustan las últimas butacas desde donde apenas se ve a lo lejos un rectángulo lejano entre cabezas que es la pantalla.
En este caso cedimos los dos y nos sentamos en la zona media.